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Las Pymes y la Transformación digital: ¿por dónde empezar?

… muchas veces observamos análisis sesgados sobre tal cuestión, siendo que solo se enfocan en determinadas particularidades, como ser la enumeración de las herramientas útiles para la digitalización de los procesos de una empresa, por ejemplo.

Si bien ello no deja de ser parte del tema, consideramos primordial entender a la transformación digital no como un fin en sí mismo, sino como un proceso, que involucra tanto las soluciones tecnológicas como a las personas, dentro y fuera de una organización.

El foco en la tecnología puede mejorar procesos, pero no necesariamente crea valor si es que no echa luz simultáneamente sobre las personas, es decir, debe tener al ser humano como objetivo principal para que todo el proceso sea exitoso en su internalización en la organización.

En tal sentido, sin un líder y un equipo de personas convencido, comprometido y capacitado para enfrentar el camino de transformación digital de la empresa, por más que las soluciones tecnológicas seleccionadas sean de última generación, el proceso no tendrá los resultados esperados.

Por eso resulta importante enfatizar en que la transformación digital debe implicar como primer paso un cambio cultural.

Dicho cambio comienza por mantener un liderazgo y un plan personalizado para involucrar a todas las áreas de la empresa desde el comienzo de la transformación.

¿Por dónde se empieza?

Para realizar cualquier proyecto hace falta un plan y la planificación debe ser personalizada y a medida. Las pymes que quieran transformarse digitalmente deberán tener sus prioridades establecidas y con plazos determinados para conseguirlas y, posteriormente, medir los resultados.

Por ello, la “Agenda” supondrá el primer esfuerzo estratégico para trazar el objetivo final, los hitos intermedios y la responsabilidad de cada área. Se prestará especial atención a los recursos que actualmente tiene la empresa, los que se quieren implementar, las personas implicadas y su posible capacitación en nuevas competencias.

La agenda deberá adaptarse periódicamente con cualquier eventualidad o cambio. A pesar de estas actualizaciones necesarias, se debe mantener un compromiso de plazos para no eternizar, o lo que es peor, desistir de la transformación digital.

Recordemos que todo ello está enfocado en la necesidad de formar digitalmente a todos los recursos humanos de la empresa (comenzando por el dueño) para que puedan entender la magnitud del cambio y convencerse de los beneficios y ventajas que producirán a corto, mediano y largo plazo la transformación digital de la empresa y adaptarse, así, a los nuevos escenarios venideros.

Nota elaborada por el Abogado Gastón Grizzo. Director Secretaría de Capacitación 

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