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Testimonio Cruce Sanmartiniano CAME. ¿Cuál es su desafío?

Quizás usted no ha sido expedicionario de las cinco ediciones del tradicional Cruce Sanmartiniano de CAME, ni tenga la menor intención de cruzar la cordillera, pero sí supongo que tendrá algún gran sueño: porque todos muy dentro nuestro tenemos uno, aunque aún no lo hayamos definido muy bien.

Cuando iniciamos la 5° edición del Cruce Sanmartiniano de CAME, y a medida que íbamos internándonos en la cordillera, se podían observar caras que desnudaban pensamientos sobre cómo haríamos para atravesar en los próximos días esa mole imponente. Y no es para menos, el mismo General San Martín menciona en uno de los párrafos de la carta que le envía a su amigo Tomás Guido: “No es la oposición que puedan hacerme los enemigos lo que no me deja dormir, sino atravesar esos inmensos montes”…

Entre los lugares más inhóspitos de América están estas altas montañas, sin embargo tal magnificencia, no fue impedimento para que 51 dirigentes de CAME aspiraran y lograran conquistarlas. Existe una gran diferencia entre atravesar simplemente la cordillera y hacerlo reviviendo, y porque no, sintiéndose parte y protagonista de una epopeya histórica.

Sólo alguien que realizó el Cruce Sanmartiniano de CAME sabe que no es un simple viaje de turismo. El clima es duro, cruel y no perdona. A medida que transcurren los días y se penetra en lo más profundo se necesitan grados más altos de trabajo en conjunto. Es más: se necesita un equipo. No se asciende por los senderos solo y en competencia con los pares; se asciende siendo parte de un equipo donde el trabajo se hace lento, cuidadosamente y sin egoísmos.

Según cuenta la leyenda, la Cordillera de Los Andes “hace grande a las personas” y un viejo refrán lugareño refiere a que “las montañas nos unen“. El liderazgo positivo en CAME hace grande e integra a las personas. Fue solo gracias al trabajo en conjunto y sacrificio de todos los integrantes de la expedición que tuvimos la oportunidad de llegar a la cumbre y de lograr el objetivo, más allá de la emoción que no encuentra palabras para describir dicho momento, sino la experiencia de sentirla y vivirla.

¿Podríamos haberlo logrado de manera individual? La respuesta es categórica: no.

¿Por qué? Porque a medida que el desafío crece, la necesidad de un trabajo en conjunto aumenta.

Nuevamente la pregunta: hoy por hoy ¿cuáles es su desafío?

Si usted tiene un gran sueño, necesita de un equipo para hacerlo realidad.

Formar y sostener en el tiempo un equipo de trabajo de alto rendimiento es ser visionario, estratégico y táctico. Es generar sentido de pertenencia planificando el funcionamiento al proponer objetivos alcanzables. Pero principal y fundamentalmente es desarrollar a las personas. Es liderar positivamente.

Por el docente de CAME Héctor Darío Rautenberg, integrante del 5° Cruce Sanmartiniano de CAME.

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